La Practica
De La Mortificación
Por Sinclair Ferguson
Ministro principal de la primera iglesia
presbiteriana en Columbia, Carolina del Sur.
Las secuelas de una conversación podrían
cambiar la forma en que pensamos acerca
del significado de las cosas.
Mi amigo-un ministro joven- se sentó conmigo al
final de una conferencia en su iglesia diciendo: “antes que nos retiremos esta
noche, muéstrame los pasos
en los que pueda ayudar a alguien a mortificar el pecado” Nos sentamos a conversar acerca del tema por
algún rato y luego nos fuimos a dormir,
me quede con la esperanza de que el se estaba sintiendo tan bendecido de
la conversación que tuvimos, como yo lo estaba.
Todavía me pregunte si el me
había preguntado en su lugar de pastor o
simplemente hablaba de si mismo – o en ambas sentidos.
Cual seria tu mejor respuesta a esta pregunta?
La primera cosa que hay que hacer es:
Mirar las Escrituras. Si, mira a John Owen (jamás será una mala idea), o también
hacia otro consejero sea que este vivo o que este muerto. Pero recuerda que no
hemos sido puestos como los únicos seres humanos con recursos en relación a los
a esta área. Necesitamos ser enseñados de ´la boca de Dios´ y de esta forma
los principios que aprendamos puedan
llevar tanto la autoridad de Dios como sus promesas para poder realizar esta obra.
Muchos pasajes me vienen a la mente para
estudiar: Romanos
8.13; Romanos 13. 8-14 (Texto de San Agustín); 2 Corintios 6.14;7,1; Efesios
4.17-5.21; Colosenses 3: 1-17; 1Pedro 4.1-11; 1 Juan 2.28- 3.11. Significativamente,
solamente dos de estos pasajes contienen el verbo ´mortificar´ (“someter a
muerte”). Igualmente significativo, el contexto de estos pasajes es más amplio
que la mera exhortación de someter el pecado a muerte. Como veremos, esta observación es de
importante consideración.
De estos pasajes, Colosenses 3. 1-1 es quizá el mejor
lugar para que comencemos.
Aquí ellos eran relativamente cristianos
jóvenes. Ellos habían tenido una maravillosa experiencia de conversión a Cristo
saliendo del paganismo. Ellos habían
entrado hacia un glorioso nuevo mundo liberador en la gracia. Quizá – si pudiéramos
leer entre líneas- ellos sintieron por un momento como si hubieran sido
liberados por completo- no solamente de
la culpabilidad del pecado pero casi que de su influencia – así de maravillosa
era su nueva libertad. Pero para ellos, por supuesto, el pecado asoma su fea
cabeza otra vez. Habiendo experimentado el ´todo
listo´ de la gracia estaban ahora descubriendo el doloroso ´todavía no ‘del proceso de
santificación. Nos suena familiar!
Pero como en nuestra sub-cultura evangélica somos
de arreglar problemas grandes con soluciones rápidas. A menos que los
Colosenses tuvieran un entendimiento firme de los principios del Evangelio,
ahora se encontraban en riesgo! Por lo menos en este punto los cristianos
jóvenes pueden ser relativamente una presa fácil de falsos maestros quienes
prometen una vida espiritual mas elevada de forma fácil. Eso era lo que temía Pablo (Col. 1.8-16) Santidad- producida de
métodos que se ven a la moda (col 2.21-22) – Y así ellos pareciendo ser
profundamente espirituales, una cuestión de creyentes mas maduros. Pero, de
hecho, ´No tienen poder en cuanto a los deseos de la carne´ (Col 2. 23). Sin
nuevos métodos, mas bien con un buen entendimiento de cómo funciona el
evangelio podría proveerse un fundamento adecuado sobre como lidiar con el
pecado. Este es el tema de Colosenses 3.1-17.
Pablo nos da los patrones y ritmos que
necesitamos. Como los saltadores de larga distancia en los juegos Olímpicos, no
vamos a tener éxito excepto si no volvemos
desde el punto de acción hacia un punto desde el que podamos ganar energía para
el agotador duelo con el pecado. Como, entonces, nos enseña Pablo a lograr
esto?
Primero que todo, Pablo subraya la importancia
de que estemos familiarizados con nuestra nueva identidad en Cristo (3. 1-4).
Cuan a menudo fallamos en nuestro andar espiritual lamentando luego porque olvidamos quienes
realmente somos en Cristo. Tenemos una nueva identidad. No estamos ya mas en “Adam
´si no en ´Cristo´; no mas en la carne, si no en el Espíritu, no mas dominados
por la antigua creación si no mas bien viviendo en la nueva (Romanos 5.12-21;
8.9; “2cor 5.17. Pablo se toma el tiempo de exponer sobre este tema. Hemos muerto con Cristo (Col
3.3; Hemos sido enterrados con Cristo,
2.12) Hemos sido levantados con El (3.1) y nuestra vida esta escondida con El
(3.3) . Ciertamente, estamos tan unidos a Cristo que Cristo no aparecerá en
gloria sin nosotros (3.4).
El fallar al lidiar con la presencia de pecado
puede a menudo hacernos retroceder hacia una amnesia espiritual, un olvido
total acerca de nuestra nueva, verdadera, y real identidad. Como creyente soy
alguien que ha sido librado del dominio del pecado y quien por lo tanto libre y
motivado para pelear contra los restos de las fuerzas del pecado que quedan en
mi corazón.
Principio numero uno: Saber, descansar en ello,
pensar en ello, y actuar sobre tu nueva identidad – lo que eres en Cristo.
Segundo, Pablo se dirige a exponer la obra del
pecado en cada área de nuestra vida (col 3. 5-11). Si vamos a lidiar con el
pecado bíblicamente, no podemos cometer el error de creer que podemos limitar
nuestro ataque a tan solo un área que falla en nuestras vidas. Hay que lidiar
con todo pecado. Así Pablo pone de manifiesto al pecado en nuestra vida
privada. (v.5) , en la vida publica (v.8), en la iglesia (vv. 9-11; “ uno al
otro”, aquí, hablando del compañerismo de la iglesia) El reto en la
mortificación es parecido al reto de tener una dieta (en si mismo una forma de
mortificación): una vez que descubrimos que hay todo tipo de razones para saber
que estamos con sobrepeso. Estamos realmente lidiando con nosotros mismos, no
meramente con el control de calorías. El problema soy yo. No las papas fritas!
Mortificar el pecado es el cambio de toda una vida.
Tercero,
la exposición de Pablo nos provee una guía práctica en la mortificación
del pecado. A veces pareciera que Pablo solo da exhortaciones (haced morir
¡”3.5) sin darnos una respuesta practica a las preguntas de “ como hacerlo”? A menudo hoy, los cristianos se dirigen a
Pablo a decirle que hacer y entonces van a la librería para ver que se
hace! Porque esta contradicción? Probablemente porque ya no permanecemos
realmente en lo que Pablo esta diciendo.
Nosotros no meditamos con profundidad en la Escrituras. Además también, cuando pablo enfoca con exhortaciones un
problema por lo general nos da indicios de cómo llevarlo a la practica.
Esto es ciertamente una verdad aquí. Notemos
como este pasaje nos ayuda a responder nuestras preguntas sobre el “como”?
1.
Aprende
a admitir el pecado como lo que realmente es. Llámale a una cuchara como una cuchara
– llámale “inmoralidad sexual” en lugar
de decir “estoy siendo tentado un poco”; llámale “impureza” en lugar de “estoy luchando con mis pensamientos”; llámale
“ malos deseos, que es idolatría”, en lugar de “ creo que debo organizar mis prioridades un
poco mejor”. Estos patrones nos traer por toda esta sección. Poderosamente
desenmascara el autoengaño – ayudándonos a desenmascarar cualquier pecado que
nos acecha en los rincones de nuestro corazón.
2.
Mira
el pecado por lo que de verdad es en la presencia de Dios. “sobre los cuales la
ira de Dios viene” (3.6). Los maestros
de la vida espiritual hablaron de
arrastrar nuestra lujuria (dándole puntapiés y gimiendo, a pesar de lo que
sean) hacia la cruz de Cristo. Mi pecado me guía hacia- un placer temporal-
pero también hacia un disgusto santo.
Observa que la verdadera naturaleza del pecado en la luz de sus
castigos. También pensamos fácilmente que el pecado es menos serio en cristianos
de lo que es en inconfesos: “ es perdonado, no es así?” No si continuamos en el
(1 Juan 3.9)! echa un vistazo celestial del pecado y siente la vergüenza de
aquello en lo que caminaste algún día (col 3.7) también (Romanos 6.21).
3.
Reconoce
la inconsistencia de tu pecado. Te haz
quitado el “viejo hombre” y te haz
vestido del nuevo (3. 9-10). Ya no eres mas un “hombre viejo”. La identidad que
tenias en “Adam” se ha ido. El viejo hombre fue crucificado con El (Cristo) con
el fin de que el cuerpo de pecado (probablemente “ la vida del cuerpo dominada por
el pecado) pueda ser reducida a nada, así que ya no podemos ser mas esclavos
del pecado” (rom. 6.6) . los nuevos hombres tienen nuevas vidas. Cualquier cosa diferente es una contradicción
a lo que “yo soy en Cristo”.
4.
Haced
morir el pecado (col 3.5). es tan simple como eso. Rehúsate a el, no lo alimentes,
y recházalo. No puedes mortificar el pecado sin
pena de muerte. No hay otro camino.
Pero date cuenta que Pablo pone es te tema en
un muy importante contexto. La tarea negativa de hacer morir el pecado no es
puesta de forma aislada del lado
positivo del Evangelio, “hacer” morir en el Señor Jesucristo. Rom. 13. 14. Pablo lo describe en Colosenses 3. 12-17.
Barrer la casa hasta dejarla limpia simplemente nos deja con puertas
abiertas hacia una posible futura
invasión pecaminosa. Pero cuando comprendemos “el glorioso intercambio” como
principio del evangelio de la gracia, entonces haremos un tremendo avance en
cuanto a la santidad. Los deseos pecaminosos
junto a sus hábitos no son simplemente echados fuera, si no mas bien
reemplazados por las gracias de la semejanza de Cristo ( 3.12) y acciones
(3.13); como estamos ahora vestidos del carácter de Cristo y su gracia sostenidos
en su amor (v. 14) no solamente en
nuestra vida privada si no también con el compañerismo de la iglesia (v. 12-16)
El nombre de Cristo y su gloria son manifestados y exaltados entre nosotros.
Estas son algunas de las cosas que mi amigo y
yo charlamos aquella inolvidable noche. No tuvimos luego la oportunidad de
preguntarnos el uno al otro “como vas? Porque fue la última charla que tuvimos.
El murió algunos meses después. A veces me pregunto como le fue en los últimos
meses de su vida. Pero esta gran
pregunta del pastor continua haciendo eco en mi mente. Teniendo esto
un efecto similar a aquel a quien Carlos Simeon le dijo lo que sentía
mientras miraba su muy amado
portarretrato del gran Henry Martyn. “y no poco”